¿Sabías que tienes más bacterias que células humanas?
Nuestro intestino alberga alrededor de 100 billones de células bacterianas, más de tres veces el número de células humanas que tenemos.
Este ecosistema invisible, el microbioma intestinal, influye en todos los sistemas de nuestro cuerpo.
Personaliza tu dieta según tu intestino y vive mejor.
Un análisis anual de la salud intestinal, acompañado de una dieta personalizada, ha demostrado clínicamente mejorar muchos aspectos de la vida, incluidos —entre otros— la salud digestiva, el estado de ánimo, la calidad del sueño y el rendimiento deportivo.
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Orientación nutricional personalizada, impulsada por IA.
- Un análisis del microbioma intestinal
- Informe completo de salud intestinal
- 1 sesión con un coach nutricional
- Plan de dieta personalizado de 6 semanas
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Un Análisis, Un Mundo de Beneficios
Para quienes buscan rendir siempre al máximo, optimizar la absorción de nutrientes clave es fundamental.
Tanto la asimilación de proteínas para el crecimiento y la recuperación muscular, como la producción de butirato para reducir la inflamación o la fermentación de la fibra para generar energía, dependen en parte del equilibrio de tus bacterias intestinales.
Ese balance puede influir significativamente en tu rendimiento.
¿Sabías que la melatonina, la hormona que regula tu ciclo de sueño, se produce a partir de la serotonina? ¿Y que el 90% de esa serotonina se genera en tu intestino?
La calidad del sueño también está profundamente influida por la digestión y la salud mental.
La ciencia está revelando un vínculo fascinante entre el microbioma intestinal y la salud de la piel. Conocido como el “eje intestino-piel”, este mecanismo demuestra cómo el estado de tu intestino influye directamente en la apariencia, la textura y la resistencia de tu piel.
Al comprender y cuidar tu microbioma intestinal, puedes mejorar tu piel desde dentro y abordar problemas comunes como el acné, el eccema o el envejecimiento prematuro.
La salud digestiva es uno de los pilares fundamentales del bienestar, y el microbioma intestinal desempeña un papel clave en mantenerla en equilibrio.
En tu intestino conviven billones de microorganismos que ayudan a digerir los alimentos, absorber nutrientes y eliminar desechos.
Cuando el microbioma está en buen estado, la digestión fluye con normalidad; pero cuando existe un desequilibrio, pueden aparecer molestias, hinchazón, estreñimiento e incluso sensibilidades alimentarias.
El microbioma intestinal está cobrando protagonismo como un factor clave en la gestión y prevención de enfermedades crónicas. Desde la diabetes hasta los trastornos autoinmunes, se ha relacionado el desequilibrio de las bacterias intestinales —la llamada disbiosis— con numerosas afecciones de salud.
Mejorar la salud intestinal puede reforzar las defensas naturales del organismo, reducir la inflamación y aumentar tu capacidad para manejar —e incluso prevenir— enfermedades crónicas.
¿Sabías que el 90% de la serotonina, el neurotransmisor asociado al bienestar, se produce en el intestino?
Además, ciertas bacterias beneficiosas generan compuestos como el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que ayudan a calmar el sistema nervioso.
Por el contrario, la inflamación intestinal y los desequilibrios en el microbioma pueden activar en exceso la respuesta al estrés y provocar neuroinflamación, dando lugar a ansiedad, saturación mental, niebla cerebral, fatiga e incluso depresión.
Tu base genética es fija, pero la forma en que tus genes se expresan no lo es.
La epigenética —la disciplina que estudia cómo los factores ambientales influyen en la expresión genética— ha identificado al microbioma intestinal como un protagonista clave en este proceso.
Las bacterias de tu intestino se comunican con tus genes y pueden influir en aspectos como el metabolismo, la función inmunitaria o la predisposición a ciertas enfermedades.
Al optimizar tu salud intestinal, puedes modular esa expresión genética y favorecer tu bienestar general.
Uno de los estudios más reveladores en este campo analizó un experimento en el que se trasplantaron bacterias intestinales de una persona delgada a una persona con obesidad.
El resultado fue una mejora notable en el metabolismo del receptor y una pérdida de peso significativa, lo que puso de manifiesto el papel decisivo que puede tener el microbioma intestinal en la regulación del peso corporal.

